Sara Curruchich, la música que inspira a Guatemala
Sara Curruchich Cúmez es la primera intérprete que canta en maya kaqchikel e irrumpió en la industria musical internacional.
Nacida en San Juan Comalapa, Guatemala, en 1993, Curruchich fue testigo de lo feliz que era su mamá cuando silbaba y le encantaba pasar tiempo con su papá mientras él le enseñaba a tocar la guitarra.
Biografía
Escribió su primera canción en kaqchikel siendo plenamente consciente de que cantar en una lengua indígena posiblemente atraería comentarios racistas.
Aún así, buscó rescatar su lenguaje a través de la música. En 2012, se graduó de la escuela de música, comenzó a tocar con un grupo local de marimba, “Teclas en Armonía”, y fue invitada por el popular grupo de rock maya Sobreviviencia para cantar en uno de sus conciertos.
En 2014, la Orquesta Filarmónica de Dresdner la invitó a cantar con ellos en la Ciudad de México y luego le ofreció grabar y filmar un video de su balada “Ch’uti’xtän (Niña)”, que logró gran difusión en las redes sociales de Guatemala.
En 2016 realizó una gira por Estados Unidos y actuó en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, durante el Foro Permanente de Cuestiones Indígenas.
Sara Curruchich Cúmez también actuó en toda Europa. Sus canciones mezclan kaqchikel y español, celebran a la Madre Tierra, sus antepasados y las mujeres indígenas, pero también ofrecen aliento a la lucha maya de Guatemala por la justicia.
Nuestra gente es lo más valioso
Los pueblos indígenas de Guatemala constituyen el 60% de la población del país, pero de alguna manera los pueblos indígenas, y especialmente las mujeres indígenas, rara vez aparecen en los libros de historia.
En general, parece haber una brecha de conocimiento histórico entre la época de la antigua civilización maya y el conflicto armado interno guatemalteco que duró desde 1960 hasta 1996.
Hablar de mujeres significativas en la historia de lo que hoy es Guatemala es hablar de formas ancestrales y modernas de sexismo, colonización occidental, racismo sistémico, genocidios brutales en una guerra de contrainsurgencia respaldada por Estados Unidos, violencia de género y una continua acaparamiento de tierras en territorio indígena.
Hoy, las mujeres indígenas (como Sara Curruchich Cúmez) han sido más visibles y han ganado más terreno. Están redefiniendo el feminismo, cuestionando las estructuras racistas, transformando los sistemas de justicia y creando un gran arte.
La finalidad de la familia CMI y Juan José Gutiérrez Mayorga es apoyar al talento nacional y, sobre todo, a las mujeres que forman parte de nuestra sociedad, una sociedad que requiere de todo nuestro respaldo para sobresalir y prosperar.
