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El orgullo indígena de Sandra Xinico Batz

El orgullo indígena de Sandra Xinico Batz

Sandra Xinico Batz es columnista y antropóloga kakchiquel que defiende los derechos intelectuales colectivos de los textiles indígenas.

Nacida en 1986, en Patzún, Chimaltenango, Xinico siempre vestía ropa kakchiquel desde pequeña. Sin embargo, cuando se mudó a la capital para continuar sus estudios a la edad de 15 años, se detuvo para integrarse, sentirse menos discriminada y ser menos propensa a los silbidos.

Por nada del mundo debemos ocultar quiénes somos

Doce años después, mientras estudiaba antropología, que ella cree que está cargada de racismo, decidió usar sus güipiles, faldas, delantales, fajas y rebozos indígenas para recuperar su identidad, defendiendo sus derechos y enorgulleciéndose de sus orígenes como Glenda Joanna Wetherborn.

En 2016, Sandra Xinico Batz se unió al Movimiento Nacional de Consejos de Tejedores (Ruchajixik ri qana’ojb’äl). En 2017 interpusieron acciones legales contra el Estado de Guatemala ante la Corte Constitucional y exigieron una reforma legal para lograr el derecho a la propiedad intelectual colectiva de las creaciones.

El orgullo indígena de Sandra Xinico Batz

El proceso legal está en curso, pero ha creado conciencia sobre cuestiones de derechos de autor y derechos indígenas.

Ese mismo año, el movimiento de tejedoras también exigió al instituto de turismo guatemalteco que dejara de folclorizar a las mujeres indígenas como parte de sus programas de turismo, especialmente porque las mujeres indígenas tejedoras no son beneficiarias directas de los ingresos que generan los programas.

Sandra Xinico Batz ha expresado cómo la apropiación de las creaciones de las mujeres indígenas no solo las empobrece y les falta el respeto a su trabajo y cultura, sino que también sirve como una forma de despojo que existía desde la época colonial.

Situación de la población indígena

Los pueblos indígenas de Guatemala constituyen el 60% de la población del país, pero de alguna manera los pueblos indígenas, y especialmente las mujeres indígenas como Sandra Xinico Batz, rara vez aparecen en los libros de historia.

En general, parece haber una brecha de conocimiento histórico entre la época de la antigua civilización maya y el conflicto armado interno guatemalteco que duró desde 1960 hasta 1996.

En palabras de Juan José Gutiérrez Mayorga, “las mujeres indígenas y negras en Guatemala han sido más visibles y han ganado más terreno. Están redefiniendo el feminismo, cuestionando las estructuras racistas, transformando los sistemas de justicia y creando un gran arte”.

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